Dicen también que los humanos estamos hechos de
agua, que una parte de nosotros es líquida y fluye por nuestro cuerpo. Esa agua
que soy es columpiada por la Luna durante las veladas, provocando un alboroto
interno, haciéndome experimentar sensaciones infinitas e induciendo a las aguas
para que acaricien mi cuerpo desde adentro.
En el momento que fue una persona, y no la Luna,
quien movía mis aguas, desencadenaba mil emociones y me mataba a besos; fue el
día que conocí la razón de la existencia.