Luna y sus estrellas

En esta noche de Súperluna me encontré este escrito, redactado meses atrás en un viaje...

En el calor de una noche en tierras lejanas, mirando hacia el piso no encontré en qué pensar. Levanté la mirada implorando inspiración y me encontré con mi eterna compañera, que no me abandonó a pesar de haber cruzado medio continente. Esa Lunita de tantos escritos estaba en su mitad, como si hubiera sido cortada con extrema precisión en su diámetro. Pero para darle magia al asunto pude percibir tres estrellitas que rodeaban a la Luna en el espacio faltante para que fuera llena, casi tratando de completarla. Me provocó mucha ternura ver la intención de los tres astros, que se acercaron para darle a mi compañera todo eso que le faltaba.
Pero, tristemente, las estrellas se ven muy pequeñas y es inevitable que la Luna se vea incompleta. Si somos sinceros, la Luna es mucho para ellas tres. La única forma de que la Luna esté llena es esperando que se cierre un ciclo, sin tratar de forzar el proceso ni encontrar reemplazos que no la merecen.
Gracias por la enseñanza, Lunita de mi vida.


Una nueva oportunidad

Vísperas del once de agosto.

Qué tan loco puedo estar para volver a salir y buscarte otra vez.
Lunático, porque aquí estoy en el frío viéndote de nuevo. Te agradezco el gesto de mirarme dignamente, y ahora puedo decir con total certeza lo mucho que te quiero.
Nuestra historia es una marea de esas que generas, con muchas etapas y personalidades pero cobijada por un simple sentimiento: esa admiración que sabemos conocer.
Te ves linda, justo como me gustas. Espero mi sonrisa te devuelva algo de esa pureza.
Buenas noches, amor de mi vida.


Superluna de nuevo

Diez de agosto.

Qué bonita estás hoy. Te ves particularmente radiante y orgullosa. 
Me siento feliz, no sé, escribiéndote. Mi sonrisa entiende lo que pasa; tú y yo no.
Hola. 
Hola linda. ¿Cómo te trata la Nada en la que descansas? Te vez preciosa en tu redondez y luz, casi cortejándome. Qué bonita sonrisa.
No te sientas incómoda si te digo lo mucho que me gustas. Es normal, supongo. Extraordinario...
¡Querida Superluna! Nos volvemos a ver. 
Me siento hablando solo.
Te vi un segundo y te escondiste tras una Supernube.
Te esperé una hora y no volviste a mirar.
Me engañaste.
Si hoy digo que estoy loco, me crees. Yo me creo.
Hasta mañana. 


Hermano

Me encontré un pequeño texto que redacté días después de la muerte de mi gato, fallecido hace dos meses...

Nos vimos crecer y lo agradezco. Me acompañaste en las mejores y las peores, siempre dándome el cariño capaz de hacerme feliz. Aún recuerdo cuando llegaste a casa y tenías menos de 2 meses; mientras tú descubrías yo ya sabía de la fraternidad que nos iba a unir. Hoy no me queda más por decir sino gracias por hacerme feliz durante 8 años, y ser mi pequeño compañero.
Me duele tu muerte porque no lo merecías. Me duele tu muerte por inesperada. Me duele tu muerte porque no pude hacer nada, y por pasar en tan corto tiempo.
Descansa gatito, te tocó morir por tener un gran corazón, pero recuerda que ese corazón me hizo feliz y tu recuerdo llenará el mío por el resto de mi vida.
Gracias.


La cuestión del salario mínimo y la mentalidad de los pobres

Cuando escriba el término "pobre" me referiré a aquellas personas escasas de mentalidad que, aunque suelen coincidir generalmente con aquellas pobres de estrato, no son lo mismo. Pobre es aquella persona que es enemiga del trabajo, espera que el gobierno le genere un aumento en sus ingresos y no concibe ideas emprendedoras. 
Con el inicio del 2014 se estableció un aumento en el salario mínimo calculado a partir de la tasa de inflación para el nuevo año y el aumento en la productividad. La tasa de inflación quedó en 1,89%, mientras que el aumento en la productividad fue del 2%. En condiciones normales el aumento del salario mínimo, siguiendo la teoría económica, debió haber oscilado alrededor del 3,89%. Sin embargo no fue así: se acordó un aumento del 4,5%. En otras palabras se les regaló un 0,61% a los trabajadores que en esta ocasión salieron victoriosos. 
Ahora, mirando en las redes sociales y noticieros, me he podido percatar que, no obstante, la gente trata de ladrones a los empresarios ya que el aumento en su salario se basa en unos míseros 20.000 pesos. Tienen razón, 20.000 pesos es poco. Pero si a mi me regalaran plata, yo no protestaría porque el regalo fue chiquito. Ese 0,61% fue un regalo y, así como pudo ser más, pudo ser menos.
Teorícamente debió ser menos.
Puedo entender que la gente no sepa que un alto aumento en el salario mínimo genera desempleo y eso desestabiliza cualquier economía, ya que no todos lo saben. Pero no puedo entender la mentalidad del pobre que quiere que le regalen todo. 
Señor pobre, si su costo de vida aumentó una cantidad y además tuvo un cierto nivel de progreso, su remuneración debería ser igual a la suma de esos dos términos. No deberían regalarle nada. Si quiere un mejoramiento considerable en su nivel de vida, ¡gáneselo! No espere que las negociaciones provoquen una lluvia de dinero sobre su casa. Eso no existe.
El pobre puede ser buen empleado y lo que sea, pero no tiene educación financiera. Como ciudadanos todos deberían saber que nada es gratis en la vida, y si se quiere mejorar debe ser por obra propia, no del gobierno. Reclamarle al gobierno porque los regalos que se recibieron no son suficientes es de pobres. Es de gente que nunca progresará y quedará estancada en la pobreza por innumerables generaciones. Culpa de ellos.
¿Qué tal si en cambio de gastar el tiempo invertido en quejarse trabajaran un poco más y generaran unos ingresos extra? Ese capital podría invertirse en algún activo y podría empezar a generar ingresos pasivos, aumentando el nivel de vida considerablemente. No es tan difícil empezar a crecer para el que lo quiere. El que es pobre lo es porque quiere, no porque no tenga más opciones.
Existe una enorme diferencia entre ser pobre y no tener dinero. 

2013, el año de las inversiones.

Ser estudiante de Economía me ha abierto los ojos en muchos sentidos, pues me permitió percibir la vida de una manera diferente. Esto, sumado a las lecturas de Nietzsche, Hay y Kiyosaki que he gozado durante las vacaciones, ha hecho de mi conciencia algo más rico y humano respecto a la vida.
Se va otro año y quiero continuar mi costumbre de dedicarle unas palabras a los pasados 365 días y reflexionar acerca de lo que viene.
El año que termina lo quiero llamar "El año de las inversiones".
He permitido que el mundo de las inversiones me muestre su magia y reconozco estar completamente encantado, no sólo por ser un campo de éxito sino por mostrarme una perspectiva diferente de la vida. Veo en las inversiones un costo que todos tenemos que cubrir con tal de tener ingresos posteriores que recuperen y hagan rentable ese sacrificio que se vivió al principio.
El 2013 fue eso; el año de los sacrificios, golpes y despedidas que sé que en el futuro me darán grandes ganancias.
¿Qué mayor despedida que abandonar el concepto de familia que tuve durante toda mi infancia y pertenecer a una compuesta de tres personas y no cuatro? Un duro golpe que hoy, atreviéndome a decirlo sin esperar ser mal interpretado, agradezco. Crecí como persona y soy más fuerte e independiente. Una inversión recuperada.
Como si fuera poco, me despedí del Colegio Italiano. Adiós al lugar que me acogió por quince años y me enseñó infinidades de cosas útiles e inútiles. Hoy recuerdo con cariño la época escolar y desearía algunas cosas que viví en dicho momento. Un costo que hoy también veo como recuperado. Perdí la vida escolar pero inicié la universitaria, llena de enseñanzas diferentes y enriquecedoras. He sido acogido por la Universidad Javeriana de manera integral y me siento a gusto en ella.
¡Ni hablar de la gente! Trataré de decirlo sin ser muy duro, pero encontré en la universidad gente de mucha más calidad que la del colegio. Definitivamente fue un salto hacia mejores amistades que las vividas previamente. Hoy en día conservo del colegio las amistades que en realidad me marcaron. Lo que estorbaba ya no está.
Me despido de OnlyChelsea306. Mi programa de radio que me dio experiencias maravillosas llega a su fin, pues debo dedicar mi tiempo a otro tipo de búsquedas. Es un costo que estoy empezando a vivir para percibir mis ingresos, monetarios y no monetarios, en un futuro. 
Y para no ser repetitivo sólo diré que hubo algunas experiencias en este año que me golpearon y hoy veo en ellas una inversión que se recuperó o se recuperará, generando siempre utilidades. 
¡Gracias 2013! Valoro de manera sincera que hayas sido un año difícil. Gracias a todas las personas que me regalaron una sonrisa, una razón para sufrir, una enseñanza o cualquier tipo de aporte en mi vida. Todo lo recibo con los brazos abiertos y un abrazo.
¡Bienvenido 2014! Es turno de gozar de los beneficios generados por las inversiones y, por supuesto, invertir más en experiencias difíciles. 
Estoy dispuesto a crecer como persona, seguir construyendo mis sueños y disfrutar el proceso.


Descansa en paz

Mis humanas limitaciones no favorecen el ligero entendimiento que describe tu muerte. Me es difícil creer que hayas dejado de existir.
Eras tan pequeña...
No viviste más de dos años. Parecías una adulta por tu experiencia de vidas pasadas, pero sabemos muy bien que eras una pequeña en desarrollo. Tenías mucho por entregar y ahora sólo me dejas recuerdos de tu historia. Tu muerte ha sido injusta.
¿Cómo osaste optar por el suicidio? Te veías tan feliz en vida... me cuesta creer que sea posible tanta desgracia, tuya aunque no lo creas, y mía, al ver cómo te desvaneces en una silenciosa agonía.
Lamento no ir a tu funeral.
Descansa en paz.


La mutabilidad del Ser

Soy de esos locos que no relaciona una idea a una persona. Siempre he sido fiel seguidor de la teoría de un Ser en constante movimiento y jamás creeré que una persona es una persona, pues la gente cambia y su esencia muta. Cada noche los cuerpos cambian de ser, para bien o para mal, y por eso la realidad engaña a quienes no se mueven.
Al relacionar el concepto de una persona con ella misma, nos adaptamos a ciertas características basilares que ellos inspiran en nosotros. Pero no, así no funciona. La gente muere cada noche y revive al amanecer. Son personas diferentes, capaces de hacer cosas que el ser del día anterior juraría evitar en toda su existencia.
Todos mis amigos mueren al dormir, y algunos despiertan dispuestos a recibirme. Pero otros no. 
Y, de la misma manera, ese compañero sentimental que encontraste, puede despertar y convertirse en alguien diferente. Alguien dispuesto a hacer cosas que previamente repudiaría. Esa persona murió y tú, ese día, estuviste junto a un monstruo que no elegiste.
Benditos quienes escapen, pues la mutabilidad del Ser engaña al que no cambia, y lo destruye hasta morir. 
Revive diferente, cambia, entiende que la muerte es algo cotidiano y el renacer no implica que esa persona que murió y conociste sea la misma que hoy nace. Puede que una mañana, sin que lo esperes, te encuentres frente a tu mayor enemigo. 
Cambia. 

Majestuosa Luna

Majestuosa Luna, astro de placeres y dolores, digna de los más puros sentimientos y las más hermosas menciones dime tú, ¿cuál es el secreto de tu infinita inspiración?
Hoy, tan noble como siempre, me miras a los ojos sin ningún temor y yo, tímido y enamorado, te grito silenciosamente lo mucho que te admiro. 
Te he buscado en innumerables cantidades de rostros y miradas, te he comparado con mortales y finitos, te he dado un valor que no justifica tu verdadera esencia y hoy, orgulloso y cabizbajo, te pido perdón. Lo lamento. Discúlpame. No te había encontrado.
Pero hoy, al verte en el cielo, acompañada de minúsculas estrellas que aunque cerca no te llenan, comprendí que la Luna no eres tú. Tú, Luna, no eres la Luna. Tú, Luna, somos yo. 
Lamento tardarme, majestuosa Luna, en comprender que tú, solitaria y acompañada, brillas más que lo pensado. Disculpa mi ignorancia, majestuosa Luna, al desconocer tu verdadero valor. Perdóname por favor, majestuosa Luna, porque no fue sino hasta esta noche que comprendí que la mayor belleza está en sí mismo, y por esa razón jamás me has abandonado.
Gracias y perdón, eterno compañero. 


Quizás


Quizás no soy muy alto,
pero tú eres mi chiquita.

Quizás no soy un compañero,
pero tú estás a mi lado.

Quizás soy muy delgado,
pero tú eres mi flaquita.

Quizás no soy un caballero,
pero tú eres mi princesa.

Quizás soy inseguro,
pero tú eres mi sostén.

Quizás soy algo feo,
pero tú eres mi bonita.

Quizás tengo defectos,
pero eres perfecta para mi.

Quizás no soy nadie,
pero tú eres mi todo.

Quizás soy un Te quiero,
pero tú eres mi Te amo.


Los recuerdos

"Imaginemos que vas a la cancha a ver a tu equipo favorito. 
Juega una final de campeonato contra su eterno y más odiado rival.
Tu equipo jugó maravillosamente todo el partido. Puso garra, corazón y buena técnica.
A los treinta y nueve minutos del segundo tiempo tu equipo gana tres tantos contra cero y las tribunas son una fiesta. La hinchada del equipo contrario parece una postal.
¡Qué placer!
Faltando cinco minutos se ponen tres a uno.
A los cuarenta y tres minutos tres a dos, y a los cuarenta y cinco, tres a tres.
Te querés matar y el contrario festeja de manera enloquecida.
Minuto cuarenta y ocho. Último del descuento. Penal para el contrario. 
El árbitro indica que no habrá rebote. 
La estrella del otro equipo está frente al balón en el punto del penal.
Tu arquero extiende los brazos.
Corta carrera.
El referi da la orden y el jugador avanza hacia la pelota casi caminando y la pica lentamente por sobre el cuerpo del arquero, quien arrojado hacia un costado alcanza a tocar el balón que se mete lentamente en el arco de manera casi burlona.
Las tribunas deliran. Las banderas rivales se agitan y los jugadores del otro equipo se abrazan preparándose para dar una vuelta olímpica en tu propio estadio.
¿Qué recuerdo vas a tener de ese partido?
¿Te vas a acordar del hermoso gol de tu equipo en el primer tiempo en aquella impecable jugada colectiva?
¿Vas a recordar el otro gol de tu equipo en un tiro libre fantástico de treinta metros?
¿Vas a tener en tu mente lo bien que la pasaste los treinta y nueve minutos del segundo tiempo?
Seguramente no." 
-Fabio Fusaro.


Celia y Bacterio

Esta es la historia de Celia, una célula diferente a todas las demás. Celia era una linda y pequeña criatura con vida que nadaba por mis tejidos como si no hubiera un mañana.
Era reconocida por toda la población de mi cuerpo pues, a diferencia del resto de células, no se reproducía por mitosis ni meiosis, sino por abracitos.
Así era, cuando alguna amable célula vecina le concedía a Celia un caluroso y fraterno abrazo, ella inmediatamente daba vida a una nueva hija, lista para colaborar en mi hermoso cuerpo.
Todo era alegría en mi interior, el amor se sentía por doquier, pues las células hijas de hermosos abracitos nadaban con sonrisas por mi ser, y eso me alegraba la vida.
Un buen día, o más bien un mal día, el señor Bacterio ingresó a mi estómago a través de un perro de mil quinientos del Parque Nacional. Tan cruel como nada en esta vida, buscó a Celia para cometer su malvado plan.
Bacterio, con los poderes de homicidio de células a través del contacto físico, sabía que un malévolo abracito acabaría con ese intolerable amor que me invadía, y así fue. Inocentemente, Celia le abrió sus brazos dispuesta a una nueva procreación, pero las cosas no siguieron sus planes. Al primer roce, Celia murió.
Del cuerpo de Celia, que no tardó mucho en descomponerse, surgió un pequeño huevo. Gracias al pasar de los días la cáscara empezó a romperse, y salió una pequeña bacteria con una hermosa sonrisa. 
Aquella huérfana criatura empezó a vivir en mi estómago, y sin querer tropezó con otros cuerpos, dándoles una magnífica sorpresa. El roce con la bacteria provocaba en los seres una sonrisa espontánea, de aquellas que son verdaderamente sinceras.
Sin Celia, pero con su heredera, el cuerpo de Santiago se llenó de sonrisas y felicidad, demostrando nuevamente que el poder de los abracitos siempre será mayor al de las malas intenciones.


Maldito

Malditas nubes.
Malditas sean esas malévolas figuras que desde el cielo lanzan con rencor gotas de agua al parabrisas de mi carro, y yo las siento como un duro golpe a mi cordura.
Maldito cielo. 
Maldito sea el cielo que muestra al sol cada mañana y me regala con engaños un nuevo día. Malditos sean los días que consigo traen nuevas dudas e incertidumbres.
Maldito pensar.
Maldito vivir.
Maldito existir. 


Era una ragazza...

"Era una ragazza semplice, di quelle che sognano dietro ai libri e alle poesie, e se la vita è carogna non importa, una ragione buona per sorridere la trovi comunque. Era un tipo così. Ed era carina, questo bisogna dirlo. Non del genere vistoso, quelle che ti giri a guardarle. Più semplice. Ma aveva qualcosa che ti accalappiava, niente da dire, ce l'aveva. Come una specie di limpidezza, di trasparenza. Era quel tipo di donna che quando ce l'hai tra le braccia, sai che lei è lì, proprio tra le tue braccia e da nessuna altra parte. Non so se avete presente. Ma è una cosa rara. E bellissima, nel suo genere."
-Alessandro Baricco. 

Te vas

Te vas y me quedo.
Te vas en silencio.
Te vas y él se queda.
Él se queda en palabras y fotos.

Te vas y las almas nos son indiferentes.
Te vas y tu corazón se va con el mio.
Te vas y mi cuerpo saca la fuerza.
Te vas y se queda una esperanza.

Te vas y las dudas no tienen cabida.
Te vas y la seguridad se queda conmigo.
Te vas de cuerpo, te quedas de alma. 
Te vas y me voy. El amor insiste.

No me dejes olvidarte.

Te vas y las rosas siguen igual.
Te vas y la luna nos sigue cubriendo.
Te vas y tu vida me sigue llenando.
Te vas y no nos vamos a dejar de querer.

Nos vemos.


La rosa y la gota

En una tarde monótona y gris como aquellas de la existencia moderna, mirando por la ventana de un frío bus me sorprendió una grata visita. Bajaba por los aires, como si toda su vida hubiera sido simple descenso, una linda rosa de belleza comparable a la luz que emana la Luna. Sobre ella descansaba una pequeña gota de agua que me regalaba una sonrisa a través de su hermosa brillantez, lista para recibir un gesto alegre de mi parte.
Estaba yo, recostado sobre la ventana, admirando tal escena y me vi obligado a sacar el brazo del bus para recoger a aquellas protagonistas de mi nuevo sueño. Mi mano extendió su voluntad y acarició tan bella planta.
Segundos después, la rosa desapareció. 


La súper Luna

Veintitrés de junio de 2013.
La oscuridad y las sombras me acobijan esta noche mientras millones de fuentes lumínicas invaden mi retina. Hoy, dos días después del solsticio de verano, se presenta el fenómeno de la "Súper Luna" como inspiración para redactar un par de melancólicos sentimientos. Hoy la Luna se presenta ante nosotros con más confianza, queriendo mostrarnos un poco más de ella, pues se ha acercado un poco y la vemos un 13% más grande, y 40% más brillante. Habrá que esperar hasta el 16 de noviembre de 2016 para que la Luna tome nuevamente un respiro y nos otorgue la oportunidad de verla un poco más como es, sin tanto temor. 
Ahí está. Inmóvil, sola, triste. Su gran luminosidad oculta el resto de estrellas y es la protagonista de todos nuestros suspiros. Mientras unos automóviles, lámparas o computadores tratan de emular la luz que nos otorga el astro, otros seres exportamos tinieblas al mundo exterior. Amarillas y rojas son las luces que el humano ha creado, pues nunca lograremos alcanzar la pura blancura que la Luna nos regala, aquella belleza que la hace única y superior. 
Yo, mientras tanto, miro en su luz muchos conflictos, porque sé que ella sufre. Al yo darme cuenta de su drama, ella ha perdido la confianza. Se refugió tras una nube. Queda en mi cabeza, sin embargo, un recuerdo de ella como esa fuente de luz blanca que irradia lágrimas de melancolía, superioridad y contradicción. Hoy por hoy ella es lo más hermoso que ha parido el universo, y eso la llevó a la eterna soledad y depresión.
Con su recuerdo en mi cabeza no tengo otro remedio sino mirar al cielo, ver un "nada" que se parece infinitamente a mi interior: oscuro y sin entendimiento, pero sabiendo que detrás de todo ello hay una luz que llorando no sabe qué hacer con tanta brillantez y felicidad. 
La luna y yo estamos perdidos. 
Te agradezco, astro eterno, por mostrarme un poco más de tu esencia esta noche. Hoy puedo decir que tú y yo somos iguales, y debemos seguir con nuestra misión: fingir felicidad e inmutabilidad.


La felicidad es como la Luna

Sería una mentira decir que nunca hemos estado tristes, alegres, extremadamente felices e incluso inseguros de nuestras emociones. También sería ocultar la verdad si se dice que no sabemos cómo es la Luna, o que todos los días la vemos. 
La Luna es visible a veces, otras no. La alegría nos invade en ciertas ocasiones, en momentos diferentes nos es esquiva.
Hay que entender que la Luna a veces simplemente no se puede ver por nubes, fase lunar o simple posición del observador; pero no por eso deja de existir. Es importante tener en cuenta que no tenemos los instrumentos necesarios para conocer con exactitud de qué está hecha la Luna y cómo es, sin embargo tenemos ciertas nociones de ella. 
La felicidad es invisible al hombre por momentos, pero no por eso deja de existir. Aunque muchas veces no sepamos cómo obtenerla, el bienestar está al alcance de la mano.
Aprendamos a vivir. 

Insaciable

Por un lado el Cuarteto de Nos habla de una condición existencial "Insaciable" en todos nosotros, dando un propósito a la existencia basado sobre la continua búsqueda de desafíos y necesidades sin alguna limitación. Es, así, como se construye la historia: cambios en el mundo a través de la insaciabilidad, que conllevan a la creación y descubrimiento de nuevas esencias e ideales.

Schopenhauer, por el otro lado, habla de una condición de insaciabilidad que lleva a nada más y nada menos que al sufrimiento. El hecho de no encontrar un punto de conclusiva y catártica victoria provoca un estado de angustia al que el alemán no supo responder. 

El hombre es, definitivamente, insaciable. Se puede ver como condición de sufrimiento, o como un sentido para la existencia.
Depende de cómo se vea el vaso, medio lleno o medio vacío. Esa perspectiva es la característica base de la vida.

La vida es una sonrisa

La vida es una sonrisa.

Una sonrisa que nace.
Una sonrisa que se hace.

Una sonrisa que se contagia.
Una sonrisa que es magia.

Una sonrisa que se alimenta.
Una sonrisa que atormenta.

Una sonrisa que se apaga.

Tú duermes

Tú duermes.
La Luna hace su viaje y los sueños despiertan,
En tu cabeza el inconsciente gana la batalla
y, en una ligera y limitada muerte,
Tu cabeza dice "Adiós" a una realidad.

Me duele.
El inconsciente coordina el onírico,
Pero el tuyo domina también al amanecer.
Los sueños son tu vida.

Tú duermes.
En la noche y en el día no te das cuenta
de mi realidad. Bajo la luna tus ronquidos
opacan mis lamentos. Bajo el sol tu indiferencia
elimina mis suspiros.

Tú duermes. 
Yo no puedo hacerlo, yo sé, yo veo.
Tú duermes.
No lo ves. Yo te cuido. Protegeré tus sueños.

Tú duermes.
Sigue durmiendo.
La realidad es una pesadilla y
los sueños son tu única salida. 

Minúscula felicidad

Como humanos que somos, los límites nos sobrepasan. Vayamos a donde vayamos, siempre hay un punto donde no podemos seguir. Somos humanos, personas, seres finitos en un universo que tiende al infinito. 
¿Cuál es el sentido de vivir? Si miras las estrellas, tan tranquilas y calladas, te das cuenta de su gran distancia y lo diminuto que somos. Tal vez no somos nada respecto a ellas. En realidad, nuestra esencia es nula en comparación de un absoluto; pero dentro de nosotros, somos nuestro todo.
El humano no debería interesarse en nada más que el humano, ya que lo demás es inalcanzable dentro de su finitud, por lo que las búsquedas deberían restringirse a los sentimientos, acciones, ideas y percepciones de si mismo. El sentido de la vida está en nuestro interior.
Es por esta razón que cuando encontramos una felicidad instantánea, un momento de amor, una acción con significado, o similares, se trata de un evento o constatación tan importante. Es fundamental dentro de nosotros.
Por eso digo que, si encuentras la verdadera alegría, disfrútala, porque en lo patético que eres respecto al Universo, la felicidad es para ti una infinita perfección. 

El idioma de los dioses

"Si estoy solo tú me acoges, eres mi fiel compañía,
Me hablas sincera y me esperas cuando empieza el día.
Mi guía, mi faro de Alejandría, si me ves perdido
te miro y elimino la tristeza en un suspiro.

Das sentido a mi existencia, tu desobediencia, 
tu sola presencia merece mi reverencia.
Tú me diste un don, fuiste mi espada,
Siempre encerrada en tu prisión si la inspiración faltaba.

Desde la nada me abrazas, no prohibes ni amenazas;
Tan romántica y auténtica, tú nunca te disfrazas
Como un hada y un verdugo firme escudo en la batalla,
tú, a quien acudo si otros fallan.

Me das retos, aventuras y responsabilidad,
Me das éxito y dinero, me quitas la intimidad.
Me exiges crear, me haces temblar, soñar, me curas,
Me eliges para hablar si las calles están mudas.

Me desnudas con ternura y siento tu tacto y tu olor,
Si te veo volar libre entre la voz de un cantautor.
Eres Ópera y Flamenco, ese todo lo que tengo y Te Amo,
mientras brotas entre las notas de un piano.

Y me desintegras pintando estas noches negras. 
Me alegras, me invades, me evades, alejas las tinieblas
Y me resucitas siempre, nunca me mientes;
Eres el recipiente donde lágrimas se vierten.

(...) Eres tú, mi suerte. Eres tú, tan fuerte. Eres tú, tú, tan diferente.
Surges y de repente la vida olvida a la muerte.
Imposible detenerte si naces de un pentagrama;
Si el drama yace en mi cama me abres enormes ventanas.

(...) Mi balanza, mi paz, mi druida, en la fatiga
Sólo tú haces realidad los sueños que yo persiga.
Y es que sin ti no hay destino, sólo piedra y mil caminos.
Sin ti soy un mimo temblando en el camerino.

(...) Eres la métrica enigmática que envuelve mi ser y lo salva,
El idioma con el que los dioses hablan, eres música."

-Nach. 

Un proceso

La lluvia cae tras condensación del agua, su pelo ha crecido, caminé bastante para llegar hasta aquí, el computador en donde escribo tiene muchas partes. Todo es un proceso. Todo empieza y crece. Incluso los proyectos abandonados, porque su destino era, sin que lo supiéramos, terminar en el olvido. El fracaso hace parte del proceso, todo es un crecimiento que se produce con el tiempo. Todo empieza, todo sigue, nada termina.